Barbara Kruger |
"Apocalípticos, integrados, indecisos. Todo menos indiferentes. Las nuevas tecnologías de la información nos ofrecen aparentemente un nuevo panorama de construcción de subjetividad en el espacio virtual. En relación a la metaforización de la construcción de la subjetividad del siglo XXI nuestra posición es forzosamente contradictoria, ambigua, y demanda por tanto un compromiso. Pero no por ello huye del futuro".
- Ana Martínez-Collado -
Saludos compañeros,
Esta vez, hemos reflexionado y tratado sobre un ejercicio que se planteo la semana pasada. Debíamos de crear un diario de una semana de duración, recopilando cinco fotos al día que representaran nuestra relación con las TIC. No ha sido tarea fácil, pero si reflexiva. Sobre todo, después de que JoseMi nos hiciera cuestionarnos sobre la subjetividad de las imágenes y la necesidad de conceder protagonismo al narrador y no al la imagen en si misma. Lo que las tecnologías suponen en nuestro día a día y cuestionarnos sobre el gran problema desde siempre y más ahora es el de saber quiénes somos y cómo podemos ser en este espacio de las redes de la nueva comunicación. Un espacio tremendamente atractivo, y al mismo tiempo un espacio lleno de peligros de dominación y perdida del control. A partir de una premisa que se impone como paradigmática de la condición postmoderna: la concepción de la identidad como una "construcción social".
Esta vez, hemos reflexionado y tratado sobre un ejercicio que se planteo la semana pasada. Debíamos de crear un diario de una semana de duración, recopilando cinco fotos al día que representaran nuestra relación con las TIC. No ha sido tarea fácil, pero si reflexiva. Sobre todo, después de que JoseMi nos hiciera cuestionarnos sobre la subjetividad de las imágenes y la necesidad de conceder protagonismo al narrador y no al la imagen en si misma. Lo que las tecnologías suponen en nuestro día a día y cuestionarnos sobre el gran problema desde siempre y más ahora es el de saber quiénes somos y cómo podemos ser en este espacio de las redes de la nueva comunicación. Un espacio tremendamente atractivo, y al mismo tiempo un espacio lleno de peligros de dominación y perdida del control. A partir de una premisa que se impone como paradigmática de la condición postmoderna: la concepción de la identidad como una "construcción social".
Lyotard (1924-1998) La condición postmoderna. (1979)
En la obra La condición postmoderna, Lyotard hace un estudio sobre la condición del saber en las sociedades más desarrolladas. Designa el estado de la cultura después de las transformaciones que ha afectado a las reglas del juego de la ciencia, la literatura y las artes.
El saber cambia de estatuto al mismo tiempo que las sociedades entran en la edad llamada postindustrial y la cultura en la edad llamada postmoderna. Si durante la modernidad el pensamiento occidental presupone la posibilidad de un consenso sobre ciertos referentes fuera del discurso que los comprenden (como el tiempo, el espacio, la ley, la justicia, el saber…) a partir de los años 50, después de la reconstrucción de Europa, se pone en cuestión el status extra textual de esos referentes.
Se entiende la postmodernidad como la incredulidad con respecto a los metarrelatos que han intentado dar un sentido a la marcha de la historia.
Lyotard desarrolla la tesis de la pérdida de una realidad que precede a la representación en un mundo que se presenta solamente como discurso, ya que el mundo ha perdido su representatividad absoluta. Se reduce a un simple mercado informacional marcado por el realismo del dinero, que se acomoda a todas las tendencias y necesidades, siempre y cuando tengan poder de compra.
_________________________________________________________________________________El saber cambia de estatuto al mismo tiempo que las sociedades entran en la edad llamada postindustrial y la cultura en la edad llamada postmoderna. Si durante la modernidad el pensamiento occidental presupone la posibilidad de un consenso sobre ciertos referentes fuera del discurso que los comprenden (como el tiempo, el espacio, la ley, la justicia, el saber…) a partir de los años 50, después de la reconstrucción de Europa, se pone en cuestión el status extra textual de esos referentes.
Se entiende la postmodernidad como la incredulidad con respecto a los metarrelatos que han intentado dar un sentido a la marcha de la historia.
Lyotard desarrolla la tesis de la pérdida de una realidad que precede a la representación en un mundo que se presenta solamente como discurso, ya que el mundo ha perdido su representatividad absoluta. Se reduce a un simple mercado informacional marcado por el realismo del dinero, que se acomoda a todas las tendencias y necesidades, siempre y cuando tengan poder de compra.
- Música House. Música postmoderna -
Todo esto, me hace indagar más sobre los medios audiovisuales y la construcción de la subjetividad y doy con un artículo muy interesante de Dulce Maria Santiago para el departamento de filosofía de la Universidad Cátolica Argentina:
La gravitación de los medios audiovisuales constituye una realidad indubitable. Son portadores de un significado y, por ello, tienen un papel fundamental en la construcción de la subjetividad. En consecuencia, no sólo es necesario tomar conciencia de este hecho, sino que su papel constituye un verdadero “desafío” para los educadores a la hora de formar a los estudiantes de comunicación social como a los de otras disciplinas.
La consecuencia inmediata de este fenómeno es que la relación de los seres humanos con la realidad se configura a través de las imágenes que provienen de los medios, dando lugar a una “cultura mediática”. En ella los medios, especialmente los audio-visuales, TV- video-CD- cine- etc., producen tal saturación de imágenes que no queda ningún espacio vacío para poder ordenarlas, dificultando la reflexión.
Wim Wenders hablando de su famosa película Hasta el fin del mundo (1990), reconoce que su película es una cascada de imágenes porque el futuro será una cascada de imágenes.
Estas estimulaciones visuales y auditivas, trasmitidas por los medios, son
portadoras de un valor simbólico que contiene un sentido. Esto hace que su efecto
sobre los seres humanos, todavía dotados de naturaleza racional, no sea indiferente
a ese valor estratégico que portan las imágenes recibidas.
De este modo, los medios llevan a cabo una construcción de significados, los cuales dan sentido a los diferentes modos de ser, vivir y pensar. Es decir, son los mass media quienes construyen la subjetividad humana, entendida como la síntesis de todos los factores orgánicos, psíquicos, y espirituales que la integran.
Podemos afirmar, entonces, que esta construcción de la subjetividad es una verdadera “manipulación” de las imágenes, las cuales merman la capacidad de pensar por cuenta propia y amenguan la sensibilidad para los verdaderos valores. Nos enceguecen para la contemplación de lo meta-sensible, quedando atrapados en ellas y en los significados que transmiten.
De este modo, los medios llevan a cabo una construcción de significados, los cuales dan sentido a los diferentes modos de ser, vivir y pensar. Es decir, son los mass media quienes construyen la subjetividad humana, entendida como la síntesis de todos los factores orgánicos, psíquicos, y espirituales que la integran.
Podemos afirmar, entonces, que esta construcción de la subjetividad es una verdadera “manipulación” de las imágenes, las cuales merman la capacidad de pensar por cuenta propia y amenguan la sensibilidad para los verdaderos valores. Nos enceguecen para la contemplación de lo meta-sensible, quedando atrapados en ellas y en los significados que transmiten.
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Por último, Dulce María Santiago concluye con una reflexión importante, sobre todo para nosotros, futuros profesores de la asignatura Las Tecnologías de la Información y Comunicación en la Educación Infantil. Y que concluye de la misma manera, en la que me parece que hace hincapié JoseMi, invitándonos a ser activos, críticos, reflexivos para poder enseñar de igual manera estos valores a nuestros futuros alumnos.
Docencia y Medios
Ahora, como docentes, cabe preguntarnos de qué nos sirve conocer el
sentido de la comunicación si hoy los que enseñan son los medios, más que
nosotros, construyendo una subjetividad a veces hasta diametralmente opuesta a la
de nuestros modelos.
Por otro lado, tenemos que tener presente, que en ese ida y vuelta cultura- subjetividad- los “comunicadores sociales”, los hombres de los medios, han sido formados por docentes. ¿Qué hemos sabido hacer de ellos? ¿Qué les hemos enseñando sobre su tarea y su repercusión en la sociedad y en la cultura?
Por un lado, pese a todo todavía contribuimos a la educación de los jóvenes. Si proponemos nuestra tarea docente como configuradora de un nuevo humanismo, debemos orientarla no hacia la crítica de la cultura vigente, sino a inducir una actitud reflexiva que lleve a los jóvenes a interrogarse sobre ellos mismos y sobre la cultura con la que están identificados, con el fin de que enciendan desde su interior la chispa de la duda sobre sus propias seguridades, que nunca pasaron por el tamiz del cuestionamiento. “Enseñar a pensar”, dicen los pedagogos, es hacerles tomar a los jóvenes conciencia de su propia inconciencia, de su pasividad frente a esta cultura de la imagen que ejerce una acción manipuladora sobre su juventud seducida por el mundo de las apariencias. En la medida en que, con nuestros conocimientos y con nuestras habilidades como docentes, seamos capaces deshacerlos “despertar” de ese mundo de ilusiones, desde su misma realidad, conducirlos a “otra” dimensión – la de la reflexión- , habremos logrado nuestro objetivo.
Por otro lado, tenemos que tener presente, que en ese ida y vuelta cultura- subjetividad- los “comunicadores sociales”, los hombres de los medios, han sido formados por docentes. ¿Qué hemos sabido hacer de ellos? ¿Qué les hemos enseñando sobre su tarea y su repercusión en la sociedad y en la cultura?
Conclusión
Hoy, más que nunca, nuestra docencia es un “desafío”: si los medios
audiovisuales se han convertido en los “nuevos maestros”, generando desvalores en
los sentidos que trasmiten, cabe a la Universidad una doble tarea:
- Educar a los estudiantes en general, para que sean capaces de “discernir” en los contenidos que ofrecen los medios los valores de los desvalores y llevar cabo una desmitificación y reconstrucción de los significados de la cultura mediática;
- Formar a los estudiantes de Comunicación Social en especial en valores auténticamente humanos, que les permitan realizar una “batalla de ideas” o de ideales, que –en conexión con la vivencia de los jóvenes-, permitan la construcción de una subjetividad “con proyecto”, basada en la comprensión de la propia historicidad.
Es preciso despertar la conciencia de estos estudiantes respecto su verdadero rol en la sociedad, pues les toca a ellos la transformación de esta cultura mediática, para que con criterios claros realicen su tarea como “misión de servicio”, ya que son comunicadores de “algo” para “alguien”, que es otro-yo.Solo con la responsabilidad de formar “auténticos comunicadores sociales” y receptores concientes y activos tendremos la esperanza de superar este “malestar” en la cultura.
- Educar a los estudiantes en general, para que sean capaces de “discernir” en los contenidos que ofrecen los medios los valores de los desvalores y llevar cabo una desmitificación y reconstrucción de los significados de la cultura mediática;
- Formar a los estudiantes de Comunicación Social en especial en valores auténticamente humanos, que les permitan realizar una “batalla de ideas” o de ideales, que –en conexión con la vivencia de los jóvenes-, permitan la construcción de una subjetividad “con proyecto”, basada en la comprensión de la propia historicidad.
Es preciso despertar la conciencia de estos estudiantes respecto su verdadero rol en la sociedad, pues les toca a ellos la transformación de esta cultura mediática, para que con criterios claros realicen su tarea como “misión de servicio”, ya que son comunicadores de “algo” para “alguien”, que es otro-yo.Solo con la responsabilidad de formar “auténticos comunicadores sociales” y receptores concientes y activos tendremos la esperanza de superar este “malestar” en la cultura.
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